Potencias mundiales, censuras sociales.

A pesar de ser un tema de debate actual, que ya traspasa las desdichadas barreras del espectro político; no tenemos en España, a día de hoy, ningún tipo de limitación (más allá de disponer de acceso a Internet o una red móvil) para acceder a cualquier tipo de red social, pudiendo crear cuantos perfiles creamos necesarios hasta llegar (en el más macabro de los casos) a suplantar la identidad de otra persona.

Resulta evidente que es necesario legislar para regular una realidad, la del aspecto virtual, que es presente y que cada día cobra mayor importancia (para bien o para mal) dentro de nuestras vidas. Sin embargo, en otros países (algunos de los cuales destacan por ser potencias mundiales) ya han decidido tomar cartas en el asunto, o directamente prevenir el problema. ¡Al grano!

Destacaré, a continuación, dos de las llamadas “potencias mundiales”, que han prohibido dentro de sus fronteras el uso de las redes sociales con mayor número de usuarios.

China. Primera potencia comercial e inversora mundial (¡casi nada!), mantiene un control estricto de la tecnología y el acceso a los medios de comunicación.  Controla “todo” a través de un gran firewall. En concreto, beta a:

• Instagram
• Twitter
• Google. No pudiendo acceder ni a Gmail, Youtube… trabajadores asiáticos del “gigante buscador” han intentado negociar con el Partido Comunista, sin éxito, hasta el momento.
• Facebook
• Snapchat

La justificación ante estos actos de censura se encuentra (según el gobierno chino) en promocionar los medios y productos asiáticos, censurando los occidentales.

Rusia. Otra de las grandes potencias mundiales, también ha de sonrojarse (no parece que Putin se disponga a hacerlo) por la censura a sus ciudadanos. La región de Europa del Este decidió en 2016 prohibir LinkedIn, la red social profesional por excelencia, argumentando que se había utilizado dicha red social para organizar protestas y tumultos. Además, en Rusia es obligatorio que todo blog que supera las 3.000 visitas diarias tenga “nombre y apellidos” detrás.

Disfrutemos de las redes sociales... mientras podamos... o nos dejen.